jueves, 6 de noviembre de 2008
HITO 4: LA GUERRA CON CHILE (1879-1883)
TAREA: Analizar las condiciones económicas que se vivieron durante la Guerra del Pacífico. relacionar dichas condiciones con el concepto de inflación. Foto: www.adonde.com/historia/images/0607bologne.jpg
Situación del Perú después de la guerra
- Pérdida total de la riqueza del salitre y parte de la del guano. El Estado ya no pudo recibir los ingresos que proporcionaban estos productos.
- El comercio y la producción en general se vieron disminuidos por el bloqueo que había realizado Chile a nuestros puertos durante cinco años.
- Las principales haciendas del país fueron destruidas sobre todo durante la llamada "expedición Lynch" (setiembre de 1880). Las haciendas costeñas eran especialmente valiosas por su producción de caña de azúcar y algodón.
- Se perdió el crédito exterior
- El Perú quedó con un depreciado billete fiscal.
El origen de estos billetes estaba en las emisiones hechas en los años de 1875 en adelante. El objetivo original de la emisión fue pagar la expropiación de las salitreras y tapar con monedas de papel el déficit fiscal. Durante la guerra se emitieron más billetes, entre ellos los denominados "Incas". Los chilenos se negaron a recibir durante la ocupación los billetes peruanos para el pago pago de impuestos. Esto aceleró el repudio de este circulante. El que si se aceptaba con facilidad era el sol de plata , que en ese entonces se cambiaba a razón de quince soles por billete.
Mas adelante, en diciembre de 1887, el billete fiscal se había devaluado tanto que se cambiaba un sol de plata por treinta y cinco soles billete. A principios de 1888, el gobierno de Cáceres ordenó que todas las oficinas públicas no recibieran los billetes. Los pagos se debían hacer sólo en metálico. El billete no tendría mas curso forzoso.
Esta medida perjudicó a las personas que tenían sus ahorros en los bancos (quebraron casi todos) pero benefició a los deudores que habían contraído préstamos en esta moneda en los años anteriores a la guerra. Con respecto a esta situación Contreras y Cueto sostienen lo siguiente: "Era evidente que el cáncer de los billetes fiscales debía ser extirpado, si se quería la recuperación del crédito y el comercio interno. La muerte del billete fiscal tuvo el efecto de una depuración en el sector propietario, sucumbiendo la fracción mas tradicional o rentista." (Contreras y Cueto, 2007: 148)
BIBLIOGRAFIA
CONTRERAS, Carlos y CUETO, Marcos (2007) Guerra y reforma, pp. 111 – 160. En: Historia del Perú contemporáneo. Desde las luchas por la independencia hasta el presente. 4ª ed. Lima: IEP, Pontificia Universidad Católica del Perú y Universidad del Pacífico.
KLAREN, Peter (2004) La Guerra del Pacífico y la Reconstrucción, 1879 – 1895, pp. 233 – 254. En: Nación y sociedad en la historia del Perú. Lima: IEP.
La Guerra con Chile y la música
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La guerra con Chile en video
Entrevista con Daniel Parodi
HITO 3: GOBIERNO MILITAR DE VELASCO (1968-1975)
Contexto sociopolítico del Gobierno Militar de Velasco
Sin embargo, el gobierno militar peruano de 1968 era una excepción a la regla general en la región. Velasco Alvarado, como muchos de sus colegas de América Latina, había participado de cursos en Washington y conocía los postulados de la Alianza para el Progreso. Sin embargo, sus planes de gobierno apuntaban a la concreción de una revolución nacionalista, de inspiración populista (nacional y popular), que el gobierno norteamericano había juzgado con desconfianza, cuando no con hostilidad abierta. Cuando en octubre de 1968, el General de División Velasco Alvarado entraba en las destilerías de la International Petroleum Company (IPC) en Talara, enviando al presidente Belaunde Terry al exilio en Buenos Aires, las Fuerzas Armadas presentaban su proyecto político de reconstrucción de la estructura social peruana.
Se trataba de un verdadero proyecto hegemónico que desde el Gobierno Militar transformaría la estructura socioeconómica del Perú, reformaría la política que había sido bastardeada por los Partidos e iniciaría un cambio cultural que terminaría con el Perú dependiente. Desde el Centro de Altos Estudios Militares (CAEM), los militares peruanos habían desarrollado esa conciencia de superioridad y de deber patriótico, en tanto estaban llamados a intervenir en Política para establecer un orden social más justo. Estaban llamados a ejercer la dirección intelectual y moral de la sociedad nacional, en tanto afirmaban que sus intereses eran los del pueblo peruano, y no intereses de clase o sectarios.
La Reforma Agraria implicó una redistribución de las tierras, las cuales fueron asignadas a cooperativas agrarias controladas y supervisadas por el Gobierno Militar. Fueron suprimidas las antiguas organizaciones de los terratenientes, de las cuales la Sociedad Nacional Rural era la principal. Asimismo, fue combatida por el Gobierno, la acción de los antiguos sindicatos agrarios, vinculados al APRA, acusándose a sus dirigentes de acuerdistas con la Patronal y contrarrevolucionarios. En el nuevo esquema social que la Reforma Agraria buscaba inaugurar, no tenía sentido la existencia de sindicatos clasistas, dado que el patrón había dejado de existir, y el Estado no habría de convertirse en un nuevo patrón, sino en un ente coordinador de las cooperativas agrarias. Los militares decían que debía fundarse un nuevo sindicalismo, que debía colaborar con las cooperativas, dado que la lucha de clases planteada en el esquema anterior había sido superada. Es por ello que, a una etapa de lucha y confrontación con la Oligarquía, debía seguirle una etapa de conciliación entre los campesinos peruanos.
COTLER, Julio (ed.) (1995) Perú 1964-1994: Economía, Sociedad y Política. Lima: IEP.
HURTADO, Lourdes (2005) Uniformes, hombres y armas: una aproximación civil a la cultura militar del Ejército Peruano. En: Informe Final (mimeo), Programa sobre Autoritarismo y Violencia. Lima: SUR, Casa de Estudios del Socialismo.
VILLANUEVA, Víctor (1972) 100 años del Ejército Peruano: frustraciones y cambios. Lima: Juan Mejía Baca.
Gobierno Militar en video
Huelga policial de 1975
Los acontecimientos ocurridos en Lima el 5 de febrero de 1975 estremecieron el poder político del gobierno militar. Por una parte, revelaron por lo menos dos graves problemas: el agotamiento del proceso de reformas en el contexto de la crisis internacional de la economía capitalista y la agudización de tensiones y conflictos al interior de las Fuerzas Armadas. Por otra parte, anunciaron el pronto advenimiento de un nuevo gobierno que concluiría formalmente con el proceso de reformas.
Gráficos. La inflación durante el gobierno militar
La inflación aumentó drásticamente entre los años 1973 y 1978. Ese fue el germen de la profunda crisis económica vivida durante la década de los ochenta.
Salarios por año
En el mismo período (1973-1978) los salarios cayeron vertiginosamente como consecuencia de la inflación en crecimiento. El costo de vida aumentó a niveles desconocidos de las décadas anteriores.
PBI per cápita
Entre 1968 y 1978, el Producto Bruto Interno del país se estancó como producto de las medidas económicas implementadas por el gobierno militar.
El análisis completo de la economía en el Gobierno Militar se encuentra en Consecuencias económicas de la "revolución" de Velasco, elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE).
Vídeo. Campaña mediática contra las "bolas"
Dos spots que reflejan la preocupación del Gobierno Militar por evitar las habladurías y chismes que afectaban el desenvolvimiento de la economía.
Bibliografía adicional
HURTADO, Lourdes (2006) Ejército cholificado: reflexiones sobre la apertura del ejército peruano hacia los sectores populares
Entrevistas y opiniones: el gobierno militar de Velasco
Realizada a una mujer de 44 años que vivió su niñez durante la época del Gobierno de Velasco. Permite captar la percepción del ciudadano común y corriente. Solo hay audio.
Posición a favor
Jaime del Castillo defiende en su programa televisivo el gobierno del Gral. Velasco, en un caso poco común en la sociedad peruana.
Entrevista a Henry Pease (setiembre 2008)
Michael Zárate, periodista del Diario Perú.21 entrevista al ex congresista y sociólogo Henry Pease acerca del Gobierno Militar de Velasco:
HP: Cuando analizo la sociedad me olvido de los gobiernos porque las fechas no coinciden. En mi opinión, ya en los sesenta el Perú es otro Perú. Ya es un país urbano. Y al ser un país urbano, las instituciones y los aparatos construidos para un país desarticulado no pueden funcionar. ¿Acaso la competencia era posible cuando había gamonales? No, pues. El gamonal mataba, excluía, reprimía o encarcelaba a quien fuera a competir con él. Es obvio que la sociedad fue cambiando y cambió mucho antes de Velasco y, por tanto, hizo más 'necesario’ un cambio del que fuera.
MZ: Velasco solía decir que la 'revolución peruana’ era irreversible, pero la reforma agraria o las comunidades industriales no tuvieron éxito. ¿Por qué lo irreversible fracasó?
HP: Porque siempre somos capaces de hacer las cosas peor de lo que ya se hicieron (ríe). Además, ¿quiénes tenían esa voluntad de reforma? No fue la Fuerza Armada, sino un núcleo de ella. Las reformas tienen un efecto movilizador, pero la sociedad va más lejos que cualquier visión burocrática. Por ejemplo, se reconocieron más sindicatos entre 1968 y 1975 que entre 1821 y 1968. Eso no fue simplemente voluntad del gobierno. Fue una presión social.
La entrevista completa se puede encontrar al hacer click aquí.
HITO 2: PRIMER GOBIERNO DE ALAN GARCÍA (1985-1990)
Veinte años después. El segundo gobierno de Alan García
Radio Programas del Perú
El presidente de la República, Alan García, solicitó a los empresarios tener confianza, no perder la serenidad y continuar con sus inversiones en el país, a pesar de la crisis financiera que afecta a los diferentes mercados del mundo."No crean que el Perú va a caer en recesión. Cualquier cosa puede ocurrir menos que el Perú caerá en recesión en el año 2009 ó 2010, continúen sus proyectos", señaló al clausurar la 46º Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE).En ese sentido, el jefe de Estado consideró que es necesario desterrar el "tremendismo" de adjetivos y términos inexactos que no definen lo que ocurre en el mundo."Cuando alguien habló hoy de pánico, está totalmente equivocado", agregó García al expresar su confianza en que "podremos superar las dificultades que este gran contratiempo mundial plantea", sostuvo.
El mandatario destacó que el mundo cuenta con muchos recursos tecnológicos y humanos, entre otros, para superar la crisis financiera."Esta circunstancia de hoy es uno más de los contratiempos que tiene el sistema mercantil capitalista a lo largo de su historia y de los que ha salido siempre vencedor con nuevas formas e ingredientes", expresó.
Asimismo, García estimó que la crisis financiera no excederá los 18 meses, luego de lo cual- dijo- se producirá la reconexión de la economía mundial.
"Los que duden hoy aquí y digan voy a esperar para ver si invierto, perderán y en buena hora. Los que se aventuren a decir: hoy comienzo la mina porque dentro de tres años producirá, cuando esté reenganchado el mundo, ganarán", aseguró.
En otro momento, afirmó que el Perú se encuentra en una posición privilegiada para ser "el país refugio de la producción y el capital del mundo, así chiquito como es".El gobernante calificó de "insensato" que un participante de la CADE manifestara que la crisis financiera abre posibilidades sensacionales para invertir fuera el país.
"Es justamente lo contrario, esta crisis abre para ustedes y los que están fuera la posibilidad de invertir aquí, porque aquí se gana mucho más de lo que se ganará en los próximos tres o cuatro años invirtiendo fuera del Perú", manifestó.
La gestión económica de Alan García 1985-1990
Resume de manera didáctica lo que sucedió en el quinquenio del primer gobierno de Alán García. Yo le he agregado algunos enlaces, para completar la información y recortado algunos párrafos, para no hacerlo muy extenso en el blog. Sin embargo, lo pueden leer completo en: http://www.perupolitico.com/?p=252
Bibliografía: Crabtree, John: Alan García en el poder: Perú 1985-1990. Ediciones Peisa, Lima 2005.
A pocos días de la segunda vuelta, las críticas hacia el candidato Alan García se centran, sobre todo, en el manejo económico de su gobierno anterior. Tomando como base una investigación del periodista británico John Crabtree, ofrecemos aquí un repaso de la gestión económica de Alan García.
28 de julio de 1985: Alan García asume la presidencia del Perú con apenas 36 años de edad. Ha ganado en primer vuelta, obteniendo el 53 % de votos válidos (presione acá para ver los detalles). Pero no solo eso. Su partido, el APRA, tiene mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.
La herencia de Belaúnde
Por otro lado, García y el APRA tienen dos problemas serios por enfrentar: La agrupación terrorista Sendero Luminoso había ido ganando terreno desde su primera incursión, en 1980.
Además, el gobierno de Belaúnde dejó al país en una profunda crisis económica. Las inversiones habían caído de 21,2 % del Producto Bruto Interno (PBI), en 1982, a 12,2 % en 1985. En 1982, la economía peruana no creció y, en 1983, el crecimiento fue negativo: -12,2 %. Si, en 1980, el ingreso per cápita era de 1,232 dólares por peruano, en 1985 llegaba tan sólo a 1,050 dólares (págs. 54-55). El desastre económico del gobierno de Belaúnde se debió, principalmente, a una caída de precios de productos que Perú exportaba (cobre, plata, plomo, café).
Desde 1982, el gobierno de Belaúnde se había sometido a un “programa de ajuste” del Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el FMI, el principal problema del Perú era el déficit fiscal. El déficit se debía a que el Perú gastaba más en lo que importaba que lo que ganaba con sus exportaciones. La relación entre importaciones y exportaciones se llama “balanza comercial” (hoy por hoy, con el alto precio del cobre y otras exportaciones, el Perú tiene una balanza comercial “positiva”).
Para contrarrestar el déficit fiscal, el FMI obligó al gobierno de Belaúnde a reducir el presupuesto del Estado, a incrementar las tarifas públicas y a devaluar la moneda nacional, el sol (pág. 51). La devaluación frena las importaciones: Cuanto menos vale la moneda, más hay que gastar para importar un producto x.
Las medidas del FMI, llamadas ortodoxas, ocasionaron una fuerte recesión (contracción de la demanda) que repercutió en el bolsillo de los ciudadanos. Ya hemos visto que el ingreso per cápita cayó significativamente: 14,8 % para ser exactos. El aumento de tarifas públicas e impuestos empobreció aún más a los ciudadanos. Esto constituyó un círculo vicioso que terminó empobreciendo también al Estado: El ciudadano que es pobre consume menos y cuanto menos consume, menos impuestos paga. En 1984, el gobierno de Belaúnde entró en mora con el pago de la deuda externa (pág. 53).
El programa heterodoxo (1985-1987)
El 28 de julio de 1985, Alan García tuvo dos opciones: Continuar con el programa ortodoxo del FMI o probar una receta distinta, heterodoxa. En vista de la debacle de los úlitmos años, se esperaba un cambio de curso. Pero éste terminó siendo tan radical como aquel propuesto por la izquierda. En efecto, los lineamientos principales de García correspondían a los planteamientos económicos de Izquierda Unida.
En su discurso a la nación, García atacó al FMI. De ahora en adelante, anunció García, el pago de la deuda externa se limitaría al valor equivalente al 10 % de las exportaciones peruanas.
Pero, además de introducir una nueva moneda (el inti reemplazó al devaluado sol), la principal medida económica consistió en la congelación de precios básicos, sueldos y la tasa de cambio relativa al dólar. Por ejemplo, el precio de la gasolina se elevó, de golpe, en 25 % para luego congelarlo a ese nivel. La idea era anticipar la inflación venidera y, a largo plazo, darle al consumidor más poder adquisitivo.
Evitando de esta manera el alza de precios, los consumidores tienen más dinero para gastar en otras cosas y, por ende, contribuyen a la reactivación económica en otros sectores. La estrategia sigue siendo aplicada hoy en día. Un ejemplo es Argentina que, en su afán por bajar la inflación (que bordeó los 12 % en el 2005) y reactivar la economía, ha pactado precios fijos con los suministradores de productos básicos (la carne es el ejemplo más conocido).
Según escribe Crabtree, la posición heterodoxa de García se basaba en dos convicciones relacionas entre sí: (1) Para poder pagar la deuda sería necesario reactivar la economía. En esta línea, la reducción de importaciones sugerida por el FMI sería contraproducente, pues la producción industrial peruana depende, en gran medida, de máquinas y materias primas importadas. El pago de la deuda externa también sería contraproducente, pues implica la exportación de capitales necesarios para la reactivación económica:
Debido a que la renegociación de la deuda dependía de la aceptación de políticas impuestas por el FMI, y debido a que estas políticas solían ser recesionarias, la única alternativa era no negociar sino limitar el pago de estas deudas. Lo que se ahorraba en el pago de la deuda se aprovecharía para financiar importaciones.
La segunda convicción (2): Mientras que el FMI pensaba que la inflación en el Perú se debía a un exceso de demanda estimulado por un Estado que gastaba por encima de sus posibilidades, Alan García y su equipo de economistas consideraban que había suficiente potencial dentro de la economía peruana para aumentar la oferta de forma significativa. En otras palabras: El FMI pensaba que el Estado intentaba cubrir el déficit fiscal emitiendo dinero más allá de la oferta y así generaba inflación.
¿Cómo se origina la inflación? Un ejemplo
Recurramos a un ejemplo simple para entender mejor el problema de la inflación: Rosa tiene 100 naranjas y Javier 100 manzanas. A Rosa le provoca comer una manzana mientras que Javier prefiere comer una naranja. Para ambos, lo más simple sería recurrir al trueque e intercambiar una manzana por una naranja.
Pero también pueden inventar una moneda, por ejemplo, en forma de una piedra. Para fijar un número, supongamos que tanto Rosa como Javier reciben 100 piedras cada uno. Rosa le vende una naranja a Javier a cambio de una piedra. Luego, Rosa le compra una manzana a Javier a cambio, también, de una piedra. La piedra tiene, pues, el mismo valor que una naranja o una manzana. El precio de una naranja es de una piedra. El precio de la manzana también.
Supongamos, ahora, que Rosa decide organizar una fiesta para muchos amigos y hacer una gran torta de manzana. Para ello necesita diez manzanas. Pero como prefiere no gastar las 100 piedritas que le quedan, sale al bosque y recolecta diez piedritas adicionales. Acto seguido, compra las diez manzanas a cambio de diez piedritas. Entre Rosa y Javier siguen habiendo 100 naranjas y 100 manzanas (consideremos que tanto Rosa como Javier aún no se comieron sus frutas). Pero ahora, el dinero que circula entre los dos ya no son 200 piedritas, sino 210.
Dado que el dinero sólo tiene valor si hay algo que comprar y que, en nuestro ejemplo, lo único que se puede comprar son 100 naranjas y 100 manzanas (teniendo todas el mismo valor), el precio de cada manzana y de cada naranja sube, de una piedrita, a una piedrita y cinco céntimos (1,05 x 200 = 210).
Por esa misma razón, el Estado que aumenta la circulación de dinero sin que haya un aumento de oferta origina que los precios suban y que, por ello, el valor del dinero baje.
Reactivando la economía
Volvamos a 1985: Alan García creía que la inflación no se debía a una falta de oferta, sino más bien a que el Estado se había visto obligado a subir el precio de bienes y servicios básicos (en especial el de la gasolina) para pagar la deuda:
La existencia de un gran exceso de capacidad instalada en la industria peruana era en sí indicativo de que la demanda no era el problema. El Perú había sufrido en 1983 la peor recesión que se recordara, pero la inflación, en vez de caer, se había acelerado (pág. 59).
A través de la reactivación de la economía nacional se esperaba salir de círculo vicioso heredado por Belaúnde y entrar a un círculo virtuoso: A más crecimiento económico, más recaudaciones tributarias. A más recaudaciones tributarias, más posibilidades de cubrir el déficit fiscal.
El Perú no estaba solo con este experimento heterodoxo. Casi al mismo tiempo, Argentina había implementado el Plan Austral, parecido en mucho aspectos al modelo peruano. Pero Argentina, a diferencia de Perú y Brasil con su Plan Cruzado de 1986, sí consultó previamente al FMI.
Primeros resultados de la política heterodoxa
En un comienzo, las medidas adoptadas dieron resultados positivos. Ya en setiembre de 1985, la inflación bajó a 3,5 % (comparado con 12,5 % en abril del mismo año). Hacia el segundo trimestre de 1986, la economía dio señales de clara recuperación. Los sectores que dependían de la demanda interna (manufactura, construcción, agricultura) crecieron, no así los sectores dedicados a la exportación (minería, pesca). En 1986, la economía creció 10 %. Fue el mayor crecimiento desde los años 50 (pág. 63).
Pero también surgieron problemas que irían agravándose con el pasar del tiempo: A pesar de la reactivación económica, el Estado casi no percibía mayores ingresos:
Aunque en 1985 el déficit del sector público sólo había sido del 2,7 % del PBI, el nivel más bajo desde 1979, en 1986 una vez más llegó al 5,1 % . Esto no se debió a un aumento del gasto. De hecho, a pesar de su fama de ser una administración despilfarradora y populista, el gasto total (corrientes e inversiones) del sector público cayó del 49 % del PBI, en 1985, al 29 %, en 1986. Sin embargo, los ingresos corrientes totales también cayeron, del 46 % del PBI, en 1985, hasta 33 %, en 1986.
Otro problema consistía en que, después del gran crecimiento de 1986, la capacidad productiva de la modesta industria nacional estaba llegando a sus límites. Hacían falta inversiones para instalar nuevas capacidades y así continuar con la reactivación. Para ello, era necesario recurrir a inversiones y préstamos extranjeros.
El tercer problema, según Crabtree, era que la balanza comercial volvió a ser negativa hacia fines de 1986. Con la reactivación económica y el alza de sueldos, el Perú volvió a incrementar sus importaciones mientras que las exportaciones seguían siendo bajas. En diciembre de 1986, las reservas internacionales del Perú llegaban a 870 millones dólares comparados con 1,400 millones en marzo del mismo año. Esta falta de liquidez se debió, también, a que el Estado pagó a sus deudores bastante más que ese 10 % que García había anunciado, con bombos y platillos, el 28 de julio de 1985.
Finalmente, la poca confianza de la ciudadanía en el modelo económico de García condujo a que, hacia fines de 1986, muchos cambiaron sus intis por dólares temiendo - y, al mismo tiempo, originando - una devaluación del inti. Ya hemos visto que el paquete de medidas adoptadas por García incluía el congelamiento del tipo de cambio inti-dólar. Pero tal congelamiento tendía a ser artificial en tanto la demanda real de intis iba perdiendo cada vez más terreno frente al dólar. Este cambio se vio reflejada en la tasa de cambio libre, aquella de los cambistas de la calle, paralela al cambio oficial:
A fines de agosto de 1985, después de la devaluación inicial de 12 %, la tasa de cambio libre se había estabilizado en casi 17 intis por dólar. Solamente llegó a superar los 18 intis 14 meses después, en octubre de 1986, cerrando el año en 20 intis por dólar. Hasta octubre de 1986, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo varió entre 24,5 y 27 %. Sin embargo, ante el temor de un crisis en la balanza de pagos, junto con la pérdida de reservas a finales de 1986, el diferencial empezó a crecer. A fines de 1986, llegó a 43 %. En la primera mitad de 1987, el dólar paralelo se disparó de 20 a 40 intis y el diferencial con la tasa oficial superó el 100 %. Por lo tanto, se hizo evidente que el Banco Central ya no podía controlar el mercado del dólar, y con las reservas haciéndose más y más escasas, adquirir dólares fue de primordial importancia para el sector privado. Rápidamente el aumento del valor del dólar estaba escapando de todo control (67-68).
1987: Obviando las señales de alarma
En 1987, el peligro de una crisis en la balanza de pagos y en las reservas internacionales era evidente. Sin embargo, Alan García y el APRA siguieron confiando en un crecimiento económico rápido hasta 1988. Al mismo tiempo, tuvieron que aceptar la devaluación del inti, la subida de sueldos y de precios (68, 188).
En líneas generales, la política económica del APRA empezó a caer en contradicciones. Por un lado, Alan García buscaba el contacto directo con los empresarios importantes (llamados los doce apóstoles) con el fin de pesuadirlos a invertir en el desarrollo de la capacidad productiva. Por otro lado y en su necesidad de aumentar los ingresos del Estado, el APRA obligó, a comienzos de 1987, a las empresas a prestarle dinero al Estado.
En concreto, las empresas fueron forzadas a comprarle al Estado bonos obligatorios por un valor que llegaba hasta el 30 % de las utilidades brutas que las empresas habían obtenido en 1986 (69). Con esta medida, el gobierno provocó airadas reacciones en el sector empresarial. Al poco tiempo, algunas empresas fueron exoneradas del pago obligatorio y finalmente el programa fue cancelado.
Este tipo de marchas y contramarchas, de reacciones sobre hechos ya consumados, de pasividad frente a los peligros venideros contribuyeron a la percepción de que Alan García y su equipo estaban improvisando y, sobre todo, perdiendo el control. La situación se agudizó con la renuncia, en junio de 1987, del Ministro de Economía Luis Alva Castro. Según Crabtree, Alva Castro renunció por rivalidades políticas con Alan García. Lo cierto es que la renuncia no pudo venir en peor momento.
La estatización de la banca: El punto de quiebre
Para Alan García, la renuncia de Alva Castro fue vista como una oportunidad de ganar aún mayor protagonismo. Fue en estas circunstancias que, según Crabtree, García empezó a idear su “más audaz medida”, la misma que sería el punto de quiebre de su gobierno: La estatización de la banca privada (69). Pero la estatización no fue la única razón de la debacle:
Aun sin el intento de estatización, alguna que otra crisis económica habría, casi con certeza, surgido. Y tampoco fue el único factor que explica la erosión de la popularidad inicial del gobierno. La curva de aprobación popular de García demuestra que, a pesar de una ligera caída antes de mediados de 1987, el nivel de aprobación se desplomó en 1988 -entre mayo y octubre-, cuando el peso entero de las medidas económicas del shock cayó sobre la población (187-188).
Pero volvamos, por el momento, al intento de estatizar la banca privada: La medida fue anunciada el 28 de julio de 1987 en el tradicional mensaje a la nación. García explicó su medida con las desigualdades sociales y económicas en el Perú. Ya en 1982 había publicado un libro, El futuro diferente, en el que criticaba a los bancos privados por excluir del sistema de créditos a los sectores informales, campesinos así como las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Según García, era necesario “democratizar” el crédito y, dado que el sector privado no estaba dispuesto a asumir esa tarea, el Estado debía tomar las riendas (190-191).
Pero, según Crabtree, García también tuvo otros motivos: El primero habría sido netamente político, pues García estaba preocupado por la ligera caída en su nivel de aprobación y, con una medida tan radical, buscaba volver a ganar la confianza de los sectores populares. Además, su relación con el sector empresarial se había deteriorado considerablemente. García le reprochaba a ese sector el poco entusiasmo por invertir en el Perú y su preferencia por guardar los dólares en cuentas extranjeras y seguras (190-191).
También esta medida resultó ser improvisada. Nadie sabía, por ejemplo, si la estatización incluiría a las sucursales de bancos extranjeros en el Perú o a los bancos privados regionales. Pero el mayor error de García fue, según escribe Crabtree, creer que se ganaría el apoyo popular con esa medida. La respuesta no fue más que “tibia”. Además, García subestimó la capacidad de respuesta de la derecha así como la oposición de la izquierda en el Congreso:
Cuando llegó el momento de votar en el Congreso, el esfuerzo de los senadores apristas para atenuar la medida fue notable. Mientras tanto, no se había llegado a ningún acuerdo previo con Izquierda Unida (…). Estos se inclinaban a mirar con suspicacia la iniciativa de García, creyendo que su objetivo principal era serrucharle el piso a la izquierda. (…) Iba a volverse una larga batalla que empezó en el Congreso y siguió en los tribunales, donde la propuesta inicial de García fue paulatinamente reducida a una medida sin eficacia que finalmente resultó abandonada (192-193).
La respuesta política de la derecha al intento de estatización fue la creación del Movimiento Libertad con Mario Vargas Llosa a la cabeza. En 1988, el Movimiento Libertad se unió con el Acción Popular y el Partido Popular Cristiano en el Frente Democrático (FREDEMO) con miras a las elecciones de 1990.
1988 y 1989: Sin novedades en el frente
Al finalizar el año 1987, la crisis ya era evidente: La inflación empezó a galopar (114,5 % en diciembre del 1987), la producción - y, por consiguiente, la reactivación económica - se había estancado y la balanza de pagos tuvo, en 1987, un saldo negativo de 521 millones de dólares, el hueco más grande desde 1981. Consecuentemente, las reservas internacionales siguieron decayendo. A falta de dólares, el Banco Central se vio atado de manos en el control de la tasa de cambio (una demanda creciente de dólares se puede contrarrestar poniendo en circulación los dólares ahorrados).
Ya hemos visto que el Estado no recaudó más impuestos a pesar del crecimiento económico de 1986. Esa ineficacia tributaria, sumada a la inflación, contribuyó a agravar la situación en 1987 y 1988. Además, las empresas estatales como Electroperú empezaron a hacer pérdidas mucho mayores que en los años previos. Los hechos estaban dejando al Estado con cada vez menos margen de acción, convirtiéndolo en observador pasivo del desastre económico.
Obligado por las circunstancias a un cambio de rumbo, el gobierno recurrió, a fines de 1987, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM) en busca de préstamos. El experimento heterodoxo había llegado a su fin. En octubre de 1987, el gobierno procedió a devaluar el inti en 24 %. Los llamados paquetazos siguieron dándose, de forma periódica, hasta setiembre de 1988, llevando a una gran recesión económica. Pero García seguía sin aceptar la necesidad de una línea clara:
(+ información) http://www.perupolitico.com/?p=252
Por Evaristo Pentierra
Gráficos. La magnitud del alza de precios
Si quieren consultar más videos pueden ver:
http://www.youtube.com/watch?v=f0bYe2KzFoo.
http://www.youtube.com/watch?v=87uHbOw8y4c
Alán García 1985-1990. La crisis financiera
HITO 1: SITUACIÓN ACTUAL DE LA ECONOMÍA EN EL PERÚ (2003-2008)
Presentación del tema
A fines del siglo III, el emperador romano Diocleciano lidiaba para contener una inflación en la cual los precios subían a una tasa superior al 300% anual. Al finalizar la década de los ochenta, el primer gobierno de Alan García daba como resultado un promedio quinquenal de inflación superior al 2000% anual. En Rusia, a finales del siglo XX la tasa de inflación llegó a ser de aproximadamente 1000% al año, en tanto que en un país africano como Zaire la inflación llegó a ser de 75% mensual. ¿Qué ocasiona las altas tasas de inflación?
Fuente:
http://farm1.static.flickr.com/160/381920250_e07fab5475.jpg
Fuente: Photograph by James P. Blair, http://photography.nationalgeographic.com/photography/enlarge/zaire-peasants_pod_image.html
La inflación es un proceso en el cual el nivel de precios aumenta de manera persistente. Esta situación trae aparejada la necesidad de la gente de tener cada vez más dinero para poder realizar sus transacciones económicas.(…) Sin embargo, durante un proceso inflacionario, aunque la gente tenga más dinero en el bolsillo, el dinero cada vez tiene menos valor; es decir, el poder adquisitivo del dinero va disminuyendo de manera proporcional al aumento de los precios.
La inflación es un problema serio. Por ello, impedirla es la principal tarea de la política monetaria y de las acciones de los bancos centrales. Deberemos aprender cómo surge la inflación y cómo podemos evitarla.
Debemos tener en cuenta que la inflación puede ser el resultado de un aumento en la demanda agregada (inflación de demanda) o de una disminución de la oferta agregada (inflación de costos). Sin embargo, independientemente de cuál sea el origen de la inflación, la incapacidad de anticiparla correctamente da como resultado consecuencias no planeadas que imponen costos en los mercados de capital y laboral.
Fuente: Parkin, Michael (2001). “Macroeconomía. Versión para Latinoamérica”. 5ta edición. Addison Wesley. Capítulo 16.
Fuente enlaces: Por Evaristo Pentierra. En Crabtree, John: Alan García en el poder: Perú 1985-1990. Ediciones Peisa, Lima 2005
Inflación en el Perú-Económico
Economía para Todos: Bruño - Instituto Apoyo
Otros datos interesantes sobre el tema
Diferentes analistas opinan sobre el tema y describen la situación que está experimentando el Perú, como resultado del aumento de los precios registrado en los primeros meses del año.
Fuentes:
http://elobservador.perublog.net/2008/04/16/la-inflaci-n-y-las-tasas-de-inter-s http://www.latinforme.com/articles/la-inflacion-en-peru-fue-del-057/3056
Entrevista a especialistas
El tema que llamó la atención de los peruanos, desde los especialistas hasta las amas de casa fue la inflación. En declaraciones al programa Enfoque de los Sábados, el economista Fidel Jaramillo, economista principal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el área de los países andinos, sostuvo que primero debe diferenciarse el aumento de los precios de alimentos del nivel general, de un proceso inflacionario clásico.
En el caso de Perú es claro. Es un shock de precios de alimentos de origen externo, es un fenómeno que afecta a diferentes países por igual. Los precios internacionales han subido, en los últimos dos años, en 80%", dijo. Recomendó al Gobierno establecer una política de acomodar el incremento de precios de alimentos para evitar desestabilizar la economía o generar expectativas inflacionarias que retroalimenten a la inflación general. Asimismo precisó que estas políticas deben hacer que la oferta agropecuaria facilite una respuesta en la producción de alimentos en general, mejorar la cadena logística y comercialización para que el aumento de precios beneficie también al productor final.
Roberto Abusada, ex viceministro del Ministerio de Economía y Finanzas, explicó que tradicionalmente se define la inflación como un aumento generalizado de precios y en el caso de Perú esto no se cumple. “La inflación general en Perú, a junio, es de 5.7% mientras que la de alimentos es de 1.8% y la del resto de cosas es de 2%”, indicó al descartar un proceso inflacionario en Perú. Indicó que existen presiones inflacionarias para que los precios altos de alimentos y petróleo se transfieran a otros precios como los servicios, el vestido, el calzado, entre otros, debido a la creciente demanda.
Por su parte, Eduardo Zegarra, economista principal del Grade (Grupo de Análisis para el Desarrollo), informó que una investigación realizada por la institución a la que pertenece compara la inflación de precios de alimentos -a través de una encuesta de hogares- del segundo semestre del año pasado contra el año anterior, determinando que la inflación de alimentos fue mayor en el interior del país comparado con Lima Metropolitana. “En la zona rural la inflación de alimentos incluso ha duplicado el promedio nacional en ese periodo. Eso nos ha sorprendido pero tiene una explicación pues evidentemente en una geografía diversa el costo del transporte encarece la distribución de los productos”, dijo. Señaló que un buen segmento de la población rural, sobre todo la que es consumidora neta de alimento, es desproporcionadamente afectada por este aumento de precios.
Fuente: Enfoque de los sábados - RPP. Sábado 18 de julio del 2008.
¿Porque suben los precios?
Utero TV (http://www.utero.tv/) - Hans Rothgiesser
Un poco tarde, pero convencí a Hans Rothgiesser, economista y periodista, de que nos diera unas clasecitas de Introducción a la Economía en su peculiar estilo "mira, burro".(Por supuesto, la explicación en serio es mucho más larga y compleja -faltó lo del BCR y los dólares-, pero le insistí a Hans que, por esta vez, se compadeciera de todos los que no entendemos un carajo de economía. Si quieren más, avisen con confianza.)
Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía de IE Business School, analiza las razones que justifican la alarmante subida de precios de los alimentos y da varios consejos para controlarlos.